Mostrando entradas con la etiqueta Artículos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Artículos. Mostrar todas las entradas

01 octubre 2021

Nany Suárez, primera campeona de Europa asturiana

Joana 'Nany' SuárezJoana 'Nany' Suárez (Avilés, 32 años) ha hecho historia. Se proclamó campeona de Europa del peso minimosca tras superar a domicilio a la francesa Marie Connan. La avilesina, aunque residente en Bilbao, ganó por decisión mayoritaria en Vendome y se convirtió así en la primera campeona de Europa asturiana y también en la primera española que consigue la corona en este peso.

Fue un combate de clara superioridad de Nany, que derribó hasta en dos ocasiones a la gala. Sin embargo, los jueces fueron exigentes y el triunfo llegó por decisión mayoritaria (94-94, 96-93, 95-93). La asturiana había sido nombrada el pasado mes de marzo coaspirante al título europeo, vacante desde 2016, junto a Marine Connan, en un combate que iba a tener lugar el 12 de junio y que, posteriormente, se retrasó hasta el 28 de agosto.

12 abril 2021

Rodríguez Cal: un obrero de Avilés

Entre la delegación española que viajaba a Munich 1972, había un chaval de 20 años que se preguntaba qué estaba haciendo allí. Con él veía a Luyk y Brabender, a Mariano Haro. Y sabía que rumbo a Kiel iba el Príncipe de España, Juan Carlos de Borbón, a hacer lo mismo que él: participar en los Juegos Olímpicos. Y él, Enrique Rodríguez Cal, era un chaval de veinte años, boxeador, campeón de Asturias y de España del peso minimosca, y que aspiraba a ser obrero de Ensidesa, la gran siderúrgica asturiana.

Rodríguez Cal boxeo

Ellos salían a veces en los periódicos -mucho más el Príncipe, claro- y él apenas había logrado ver alguna vez su nombre en La Voz de Avilés. Pero no se le iba en la cabeza el hecho de que había logrado su sueño: quería estar en los Juegos Olímpicos. Y quería ser boxeador.

Porque en la España de los años 60, ser boxeador era algo tan apetecible, y más inalcanzable, que ser futbolista de éxito. Porque lo único que hacía sombra al omnipresente fútbol era el boxeo. El Palacio de los Deportes de Madrid se llenaba para ver a Miguel Velázquez, a Pedro Carrasco o José Legrá. Las veladas se televisaban. El país se paralizaba para verlas. Y sobre todo, con Urtain, el de la triste historia.

Y los chavales, llevados por la ilusión, hacían guantes pero sabiendo que futbolistas había cientos y boxeadores, seis o siete. Todos ellos eran los ídolos del pequeño Enrique pero para él había, además, otro, más especial y asequible. Su hermano mayor, ya boxeador. Si Enrique Rodríguez Cal se hizo popular como Dacal II fue porque antes hubo un Dacal I. A ese Dacal I le acompañaba el pequeño Enrique a las veladas, le preparaba los guantes y los masajes y de su mano entró por primera vez en un gimnasio de boxeo cuando tenía 14 años. Para ducharse había un bidón con un agujero debajo. El resto de las condiciones nos las podemos figurar, pero Enrique las suplió con coraje, valor y voluntad.

De complexión fuerte, pero reducida, se inició en el peso mosca. Y no le fue mal: rápido y joven campeón de Asturias, comenzó a llamar a la puerta de los títulos nacionales aficionados y, por tanto, del equipo nacional. Pero algo le faltaba. No supo qué hasta que un entrenador le dio la clave. "Baja de peso. Hazte minimosca". Y Enrique Rodríguez Cal se resignó a pesar 48 kilos. Llegó al campeonato de España y lo ganó con la gorra. Luego, llegaron las pruebas de selección olímpica, entre los jóvenes valores y los consagrados. La cosa estaba tan igualada que se llamó a los grandes profesionales Legrá y Carrasco para juzgar. Y dijeron que a Múnich debía ir Rodríguez Cal. Él se enteró pocas horas antes del viaje.

Enrique leía la prensa. Fue por ella que se enteró que había tenido muy mala suerte en el primer combate: el campeón de Europa, el rumano Alexandru Turei. Le ganó. Después el estadounidense Davey Armstrong. Le ganó con más claridad aún. Después el cubano Rafael Carbonell. Con todo el respeto que siempre imponen los boxeadores cubanos. Además, ocho años más de experiencia, campeón Panamericano y terceros Juegos Olímpicos a cuestas. Y ante Carbonell hizo el combate de su vida. Un combate que aseguraba una medalla, la de bronce, que acabaría siendo la única en los Juegos de Munich, y en 16 años de Juegos de Verano para España.

Pero por desgracia, también sería su última victoria olimpica. En el combate por la final tocó el coreano del norte Kim U-Gil y por esas cosas del boxeo olímpico Enrique perdió ante la sorpresa general. Pero ganó, eso sí, la fama: vino a conocerle el Príncipe Juan Carlos, saludó a Julio Iglesias, pudo también aproximarse a Abebe Bikila, ya entonces en silla de ruedas, a quien él admiraba profundamente porque como siempre dijo, de no ser boxeador hubiera querido ser maratoniano. Tuvo que enseñar muchas veces la medalla y en Avilés su club de siempre, la Atlética Avilesina, su segundo hogar, le hizo un homenaje popular, modesto pero entrañable.

No quiso, eso sí, pasar a profesional, lo que hubiera sido el paso natural en aquella España en la que reinaba el boxeo, porque él quería ser otra vez olímpico. Y siguió en la selección española. Pero claro: aunque tenía una beca había que pensar en el futuro: En el Mundial de 1974 se clasificó para las semifinales cuando recibió una llamada de su esposa: En Ensidesa estaban admitiendo trabajadores. Se fue raudo a buscar a los responsables de la selección y les dijo que o le arreglaban el ingreso, o dejaba las semifinales y se volvía a Avilés a apuntarse al proceso. Se lo arregló la Atlética Avilesina y Enrique siguió en Cuba.

Pero las cosas del boxeo: cuando en Montreal 1976 Enrique Rodríguez Cal, abanderado de la delegacíón, era favorito, avalado por medallas mundialistas, y había tenido suerte en el sorteo, un encontronazo fortuito le provocó un corte en la ceja. Y fue eliminado según las reglas del boxeo amateur. Y años después aún lo recordaba: "Cuando en Munich gané la medalla, no se cabía en el vestuario. Cuando perdí en Montreal estaba solo". Fue Ladislao Kubala, el seleccionador de fútbol, que estaba presente en el combate, quien le acompañó a que le cosieran la ceja.

Y no hubo una tercera experiencia. Al final, Dacal tuvo que hacerse profesional porque con familia que mantener, calculó que podría añadir más a su sueldo de Ensidesa así que con la beca amateur. Cosas de aquellos tiempos del boxeo olímpico amateur. Y allí, en Avilés, sigue el bueno de Enrique corriendo carreras populares. Al final, sí pudo correr su maratón.



Fuente: MARCA

28 diciembre 2019

La edad de oro del boxeo avilesino

boxeo avilés
ElComercio | Cuando se habla de boxeo en Avilés se piensa rápidamente en el candasín afincado en nuestra villa José Enrique Rodríguez Cal 'Dacal II'. Pero junto a él existió un grupo de púgiles que competían al más alto nivel español e incluso peleaban en cuadriláteros internacionales. Esos fueron los casos de Antonio Morcillo, Valentín Izquierdo, Fernando Pérez, José González Riveiro, entre los principales competidores o el técnico de la Atlética Avilesina Luis Noriega, que dieron lustro deportivo a una villa en la que relucían competidores a pesar de las precarias instalaciones existente.

Estamos hablando del boxeo moderno, ya que el antiguo se llevaba practicando en otras partes del mundo desde hace miles de años, hasta el punto de que en su versión antigua figuraba como una modalidad en los Juegos Olímpicos de Atenas y ya se hace mención a él en textos de Homero. En nuestra ciudad no se vería lógicamente hasta principios del siglo XX y fue en la décadas de los años 20 y 30 cuando tuvo un primer realce la mano de José López 'Pantera de Sabugo', habitual en la disputa de los títulos regionales, llegando al trono del peso medio, aunque luego quedó un tanto en el olvido tras la Guerra Civil. O el también recordado Alejandro Soler 'Calpena', gijonés de nacimiento pero residente en nuestra villa.

Pero el recuerdo deportivo que nos ocupa es precisamente el del periodo de la máxima pujanza local, la década de los años 60 y 70, que tuvo su mayor culmen en 1972 en forma de la medalla olímpica de bronce en Munich de José Enrique Rodríguez Cal 'Dacal', competidor ya por entonces de la Atlética. En su misma hornada entrenaban por los gimnasios de la villa otros jóvenes que hicieron las delicias de los aficionados en la polivalente cancha de La Exposición, cuyos combates eran largamente publicitados y contaba con los graderíos llenos. Era una época en la que a nivel mundial se leían frecuentemente las hazañas de Cassius Clay, o los españoles Urtain, Pedro Carrasco, José Legrá o el asturiano Gitano Jiménez, pero nuestra villa disponía de boxeadores que llegaron a estar entre los diez primeros del ranking nacional absoluta.

Uno de ellos fue Antonio Morcillo, quien ese mismo año 1972, lograba el sexto puesto en la clasificación del ranking español de los pesos pluma. Precisamente el título era para el citado Gitano Jiménez, al que siguió Legrá. Como anécdota cabe citar que el número 3 del ranking era nada menos que un púgil de Almería llamado José Bisbal, que seguro le hará al lector elucubrar sobre quién sí. Si, es cierto, es el padre del popular cantante David Bisbal. Morcillo era un hombre rápido de pies y hábil zurda que había llegado con su familia a Avilés a la once años de edad, tras dejar atrás el pueblo jienense de Santiago de la Espada. Tras ser campeón de Asturias y del Interregional de León y Cantabria, se quedó en Salamanca a las puertas del título de España.

Un rival temido
Coetáneo suyo era Fernando Pérez, quien fue campeón de España de superligero y ligero durante varios años y con un amplio historial de victorias tanto en nuestro país como internacionalmente con la selección hispana, llegando incluso a celebrar un gran combate en Nápoles frente a Ernesto Bergamasco. Zurdo como Morcillo, Pérez fue un rival muy temido en la categoría y, sino, que se le digan a al ex olímpico Mariano Pérez, a quien derrotó en dos ocasiones por ko.

Las mieles de la selección española también fueron saboreadas por José González Riveiro, coruñés de Pontedeume, pero afincado desde su más tierna infancia en Avilés al igual que otros muchos que llegaron con sus padres a la llamadas de las fábricas multinacionales de nuestra comarca. Como no podía ser menos, sus puños y destreza en el ring fue labrada por Luis Noriega, a quien tanto debía el boxeo local esos años. Riveiro logró el título de España en la categoría de superligero en 1966 ante José María Madrazo en la plaza de toros de Oviedo, pocos días antes de enfrentarse a una leyenda como fue el ex campeón del mundo José Legrá, con el que no tuvo tanta fortuna.

En la elite del boxeo español estuvo igualmente Valentín Izquierdo, otro deportista llegado de niño más allá del puerto de Pajares (natural de Villamanín) y que triunfó en los cuadriláteros de La Exposición, al lado del estadio Román Suárez Puerta o improvisados escenarios como la plaza de toros portátil de Los Canapés o gimnasios de la Atlética y Club de Mar, antes de dar el salto a las grandes cotas. Era el púgil de mayor envergadura y volumen, por lo que competía en los pesos pesados. Su clase era tal que lograba alzarse con el campeonato de España en el año 1962 y primer puesto igualmente en los Juegos de la Merced, en Barcelona. Su progresión fue tal que sería preseleccionado para participar en la Olimpíada de Tokio 64, pero una desafortunada fractura doble en la muñeca de la mano derecha cuando entrenaba con la selección le privaría de la cita olímpica.

Una larga lista
No es fácil recordar a cuantos boxeadores pasaron estos años primero por los gimnasios y luego por los rings avilesinos, pero si al menos nombrar buena parte de ellos, incluso a sus predecesores de los años 50. Aún son muchos los buenos aficionados al deporte local que sigue recordando las andanzas de Abel Martínez -mentor de Dacal II y que celebró su primera pelea a los 17 años nada menos que en el cine Marta y María-, Tito Sousa, Pepe y Manuel López -Pantera II y III y familia del predecesor de Sabugo-, Modesto Vega, Aquilino Arias, Toni Falcato, Avelino Rodríguez Cal, Villaverde, los hermanos Coronado, Basilio.

Cada combate de todos ellos era muy anunciado en prensa, radio y carteles por la ciudad y se abarrotaban las gradas, en especial las de La Exposición y afición local se desplazaba con mucha frecuencia para ver a sus conciudadanos a las plazas de toros de Oviedo, en Buenavista, y a la del Bibio, en Gijón, utilizadas para los combates. Grandes tiempos para el boxeo avilesino que en la actualidad sueña con reverdeces sus laureles.

03 diciembre 2019

Promesas del boxeo asturiano buscan dar el golpe

Selección Asturiana de boxeo
Reduan Ahsain, Nina Suárez, Florin Costache, Paula Pérez y Constatin Damián, miembros de la Selección Asturiana. / DANIEL MORA
@elcomerciodigit | Púgiles de un deporte plagado de estereotipos, especialmente para los más jóvenes y las mujeres, las promesas del boxeo asturiano disputarán en Los Alcáceres (Murcia) el Campeonato de España Joven y Júnior, que arranca el miércoles y concluye el domingo. No hay miedo en sus rostros juveniles. Se citan a las puertas del Grupo Covadonga en la víspera de un viaje que se presenta «ilusionante». «Este año tenemos muy buenos nombres», dice Andrés Saspar, entrenador del Club de Boxeo Sampar y jefe de equipo de la Selección Asturiana. «Somos optimistas con nuestras posibilidades», enfatiza.

Reduan Ahsain, Nina Suárez, Florin Costache, Paula Pérez y Constatin Damián llegan por separado a las instalaciones del Grupo. Cinco de los nueve boxeadores que representarán a la Selección Asturiana en los Campeonatos de España y que podrían acceder a nuevos retos por Europa. «En Murcia estarán los mejores», indican. Se saludan de forma tímida. Algunos apenas se conocen, aunque esta semana estarán todos juntos concentrados en el Centro de Alto Rendimiento, el recinto que acoge el torneo. «Allí tendremos tiempo para estar todos juntos», cuentan.

Recorren las instalaciones del Grupo, despacio. Alcanzan uno de los gimnasios. En su interior, un 'ring'. A un lado seis alumnos guantean en una clase impartida por Óliver Sánchez. Los jóvenes sonríen y observan con complicidad el entrenamiento.

Gran parte de las expectativas de la Federación Asturiana están en dos miembros: Nina y Reduan. De padres marroquíes, pero nacido en Gijón hace 18 años, Reduan es una de las grandes promesas del boxeo nacional. Cuatro veces campeón de España, empezó a practicar este deporte con once por amor fraternal. Su hermano, Dress, boxeaba, aunque hace tiempo que ya no compite. Él después continuó con su legado. «¿Si el boxeo es peligroso? Supongo, pero jamás he sangrado en combate, ni he estado cerca de hacerlo», desvela, reconociéndose «preparado» para revalidar el Campeonato de España, ahora en la categoría de 69 kilos. «Estoy motivado y con ganas», asegura.

Nina será otra de las grandes referencias del equipo asturiano. Su rostro, inocente, bondadoso, contrasta con sus impactos. «En el colegio, mis amigas me preguntan 'Nina, ¿por qué practicas boxeo? Eso es para hombres'». En 2018 se proclamó campeona de España. Este año busca el título en 48 kilos. Su madre, Natalia, sufrió cuando decidió sustituir la gimnasia por el boxeo. Ahora estará junto a Óscar, el padre, en Murcia para apoyar a una de las grandes esperanzas del boxeo asturiano. Hasta ahora no conoce la derrota. «No estoy nerviosa para nada», confiesa la gijonesa.

Paula representará a Asturias en la categoría de 54 kilos. Busca la reválida y cumplir su «sueño» de competir. El año pasado el infortunio le negó contrincantes en su peso. «Me quedé con las ganas». Descubrió el boxeo gracias su gemela Andrea. «A partir de ahí me enganché», asegura. Como sucede con Nina, los estereotipos también la han golpeado don dureza. Y los miedos de su familia. «A mis padres no les gusta, pero siempre me están apoyando», dice.

Florin, un joven de 16 años atípico, se estrena en Murcia en 50 kilos. Desde los diez boxea en su tiempos libres. Ha dejado sus estudios y se gana la vida como chatarrero. «Estoy muy motivado por subirme al 'ring'. Tengo ganas de que comience todo», cuenta 'Floro'.

06 enero 2018

Un KO en el vestuario

Mario D. Braña
. - Por una desgracia, ajena a lo que pasa entre las doce cuerdas de un ring de boxeo, Asturias no tuvo opción de doblar la recompensa de sus deportistas en Múnich-72. La imagen española de aquellos Juegos fue la del menudo Dacal con su medalla de bronce. Alfonso Fernández, que también quería comerse el mundo, no pudo optar al podio. Quedó K.O. en la ducha.

Alfonso Fernández estaba en el vestuario del Sport Halle de Múnich, tras ganar el primer combate del cuadro en el peso welter (hasta 69 kilos). La felicidad del boxeador asturiano se borró de repente, por un gesto que habría repetido cientos de veces: «Estaba duchándome y, al tapar una de las fosas nasales para expulsar toxinas, por un poro de la nariz pasó aire al párpado y el ojo se hinchó como un globo».

El reconocimiento médico confirmó los peores augurios. Alfonso Fernández no pudo presentarse al combate del 30 de agosto frente al británico Maurice Hope. «Si hubiera ganado ese combate, me metía en la pelea por las medallas». Una decepción que, tantos años después, el ovetense se toma con filosofía: «Me llevé un buen disgusto en aquel momento, pero con el tiempo el recuerdo de aquellos Juegos es agradable».

Dominador indiscutible de su peso en España, Alfonso Fernández no pasó la incertidumbre de Dacal sobre su presencia en Múnich: «Un año antes ya sabía que iría. Por eso pude centrarme en la preparación para los Juegos. Fue dura, con concentraciones y encuentros internacionales. Pero también resultó llevadera porque el seleccionador, Palenque, era muy simpático y animaba el ambiente».

Al margen de su incidente, Alfonso Fernández guarda recuerdos curiosos de su estancia en la villa olímpica. Por ejemplo, de su «tropiezo» con el ex atleta etíope Abebe Bikila, al que tuvo que dejar pasar en silla de ruedas. O de su partida de tenis de mesa con el entonces incipiente cantante Julio Iglesias: «Me pidió una entrada para el boxeo y le contesté que lo único que podía hacer era dejarle la chaqueta del chándal. Mis compañeros se rieron de mí porque no lo conocía. Y, encima, me ganó al ping-pong».

Como todos, Fernández pasó momentos de tensión tras el ataque a la delegación israelí, pero se alegró por la continuidad de los Juegos. De esa manera pudo disfrutar de alguna jornada de atletismo en el espectacular Estadio Olímpico de Múnich y de una ceremonia de clausura que recuerda «más espontánea que la de apertura, con bastante animación y azafatas muy guapas».

En lo deportivo, Alfonso Fernández no tuvo la oportunidad de desquitarse en Montreal. La Federación Española de Boxeo no atendió su solicitud de apoyo económico para seguir cuatro años más y se hizo profesional. Una experiencia que no salió bien porque se frustró una pelea por el título europeo e incluso una velada en el Madison Square Garden de Nueva York. En 1979, con 28 años, colgó los guantes y encauzó su vida por otros derroteros.

Afincado en Madrid, Alfonso Fernández trabaja como auxiliar sanitario en el Hospital Gregorio Marañón, alejado del boxeo y casi borrado de los archivos olímpicos. «En la época de Ferrer Salat, el COE me mandaba todos los años una felicitación y algún detalle que me ponía la piel de gallina. Pero desde entonces no me llama nadie».

Alfonso Fernández se mantiene en forma corriendo entre ocho y diez kilómetros diarios por la Casa de Campo. Le gustaría venir más a menudo a Asturias, para ver a su familia o recordar los escenarios de su niñez, en los barrios de Pumarín, donde nació, y de San Lázaro, en el que pasó sus años de niñez y juventud hasta que el boxeo le sacó billete de ida a Madrid.

21 noviembre 2017

Los golpes del Gitano Jiménez (1973-1974)

Raúl Álvarez. - Nadie se esforzó mucho con el apodo de José Antonio Jiménez. Gitano es por nacimiento y Gitano le quedó como nombre para el ring. Ahora es un jubilado de la mina después de años de servicio a Hunosa en el lavadero mierense de El Batán, pero también fue uno de esos deportistas que, mucho antes de que en España se crearan estructuras profesionales fuera del fútbol, surgían de la nada, destacaban en su disciplina y volvían al anonimato sin haber conseguido un gran beneficio económico.

El gran momento de Jiménez, nacido en Oviedo en 1952, le llegó cerca de casa y antes de cumplir los 21. En Gijón, la noche del 12 de mayo de 1973, después de pegarse durante quince asaltos con el escocés Tommy Glencross, el jurado le declara ganador a los puntos y le proclama campeón de Europa del peso pluma.

Eran otros tiempos, los principales medios de comunicación aún se ocupaban del boxeo sin cuestionarlo y pronto empezaron a circular los reportajes sobre aquel chico que, de repente, era famoso. Ya había ganado campeonatos de España, pero faltaba poner una vida detrás de aquellos títulos. 

El periodista Faustino F. Álvarez la encontró en una chabola de San Lázaro y la contó en un reportaje publicado por ABC. Jiménez procedía de una familia con once hermanos y un padre que se extenuaba para mantenerlos repartiendo carbón para alimentar las calefacciones de muchos edificios de Oviedo. El Gitano fue campeón de Europa durante algo más de un año y defendió con éxito su posición en dos combates frente al francés Daniel Vermandere, al que derrotó a los puntos en Madrid, y el italiano Elio Cotano, a quien derribó al final de una pelea a quince asaltos en Zaragoza. 

Después, llegaron los malos tiempos. A su esposa y a él les nació un hijo muerto y también ha visto fallecer jóvenes a otros dos. En la década de los 90, pasó casi tres años en la cárcel por un asunto de drogas en el que siempre mantuvo su inocencia. Al final, el Tribunal Supremo anuló toda la causa y ordenó su libertad.



Artículo completo: El deporte asturiano, 14 veces grande

10 febrero 2015

Juan del Valle, deportista de casta y corazón

Por Néstor Domínguez.-
Juan del Valle Morán (Gijón, 18 de junio de 1978), Juanín para sus amigos, es una de esas figuras locales relacionadas con el mundo del deporte que a pesar de no ser la imagen de ninguna disciplina mediática, de un tiempo a esta parte se ha convertido en una referencia para la ciudad, algo así como un mito en su época más tierna y, ahora, un espejo de superación para todo el mundo.

Sus gestas en el mundo del full contact y el boxeo son la tarjeta de presentación que lo acompañarán toda su vida, pero este hombre, por encima de todo y como a él le gusta definirse, siempre ha sido un deportista.

Dotado de unas aptitudes físicas sobresalientes, de una disciplina espartana a la hora de cuidar su alimentación y sus hábitos, y del tan necesario carácter ganador, siempre ha destacado en lo que se ha propuesto: patinando, nadando, montando en bicicleta o corriendo.

Desde que era un crío su vida ha estado ligada al deporte, culminando su formación personal con la diplomatura de Magisterio en la especialidad de Educación Física.

Siendo un adolescente se inició en el mundo de los deportes de contacto. Gijonés de pro, de Somió para más señas, y con una forma de ser que no dejaba indiferente a nadie, Del Valle, que siempre peleaba con aquellos pantalones cosidos por su madre con los colores de la bandera de Asturias, llegó a ser un tipo que creaba adicción. En sus años de máximo esplendor en el full contact todo el mundo lo conocía en la ciudad. En parte gracias a él este deporte se puso de moda en los gimnasios, y pasó a ser una marca en la capital de la Costa Verde. Incluso Gijón se convirtió en una referencia europea más allá de Pajares. Luego, en el boxeo nacional, de nuevo volvió a situarse entre los mejores ganándose el respeto y la admiración de todos.

Tras su paso por la universidad y las respectivas prácticas con los alumnos, Juan entendió que él era hombre de acción y tenía buscar nuevos retos. Algo que lo llenase totalmente. Su siguiente objetivo fue totalmente vocacional: convertirse en policía. Lo consiguió pronto, y como tal, durante sus primeros años estuvo viajando por todo el mundo siendo partícipe de operaciones importantes. El trabajo no siempre fue complementario con su carrera boxística y hubo épocas en las que no tuvo más remedio que abandonar momentáneamente los guantes.

Fue el deporte el que lo trajo de nuevo a casa, tras varios años instalado, junto a su querida Nazareth, en Madrid. A pesar de estar muy bien posicionado en el plano laboral, las montañas asturianas y la sed de nuevos triunfos, fueron un señuelo demasiado apetecible para un enamorado de las altas cumbres como Juanín, que además pudo retomar su carrera boxística junto a su equipo de toda la vida.

Hace un par de años nos fuimos a entrenar a Nueva York, y fue allí donde me empezó a hablar de un nuevo proyecto solidario y deportivo. Junto a otros compañeros, puso en marcha el «Desafío Astur Solidario (DAS)», un proyecto que consistía en realizar tres pruebas de ultrarresistencia en distintas especialidades con el fin de recaudar fondos para Cocemfe, una asociación de minusválidos de la región. Al igual que para su inacabada carrera como boxeador, el destino imposibilitó a Juan formar parte de esos tres grandes retos con sus compañeros del DAS. Un terrible accidente de trabajo paralizó por completo los proyectos del protagonista de este escrito. Casi ha pasado un año desde aquello y aunque todavía queda por delante buena parte de la recuperación, muchos aún se preguntan como la cosa puede ir tan bien. Algunos no hubieran salido de aquel coche hecho añicos, unos pocos lo hubieran hecho sin poder caminar, pero este hombre del deporte, ordenado y con una fuerza de voluntad de titán está volviendo a conseguirlo, en busca de su mejor cinturón. ¿Dónde está el límite?

A simple vista es un tipo que se muestra frío, quizás algo desconfiado, de carácter altivo y muy celoso de su intimidad, pero con los suyos, como dice la canción, es un auténtico corazón tendido al sol. Enamorado de su mujer hasta las trancas, gran amigo de sus amigos y devoto admirador de sus padres Miguel y María y del resto de su familia, son aspectos que definen el componente sentimental de este gijonés de casta y corazón.

Como boxeador, y con el conocimiento de su retirada definitiva por motivos y evidencias médicas, su carrera profesional deja para algunos un sabor agridulce. El tope deportivo sobre la tarima brava seguramente estaba aún muy arriba, aunque hubiera mucho que luchar, mucho que trabajar y mucho que conseguir. Pero por encima de otras cuestiones y al margen de resultados, la esencia de todo en la vida de este guerrero es que lo que hizo lo consiguió entregándose en cada asalto, vaciándose en cada golpe y sin que nadie le regalase nada.

Ahora va a afrontar otro tipo de combate, una nueva operación para seguir con la recuperación de su espalda. El segundo combate y esperemos que último de estas características. Y Juan lo puede hacer tranquilo y con la confianza de llegar a este punto siendo una persona admirada por los suyos. Lo pudimos evidenciar tras el baño de multitudes que se dio hace pocas semanas, en el homenaje que se le tributó en su ciudad y donde los aplausos todavía atruenan los oídos de más de uno en aquélla su última subida al cuadrilátero.

24 noviembre 2014

Los púgiles asturianos, en la élite

En menos de una semana el espectáculo del boxeo desemba cará de nuevo en Gijón. El Club Boxeo Tibet organiza este viernes, en el Palacio de los Deportes de La Guía un sensacional evento pugilístico enmarcado en la séptima edición del "Memorial Jesús Piquero". Una velada histórica en la que se disputarán seis combates profesionales, y en todos ellos habrá protagonistas asturianos. Una circunstancia que hacía varias décadas que no se producía y señal inequívoca del buen momento que el boxeo atraviesa en la región. Un proyecto ambicioso que por fin puede ver la luz.

Como cabeza de cartel estará el invicto Pablo Fuego, quien disputará su sexto combate como profesional. Hasta el momento suma cinco triunfos en otros tantos combates y se presenta como una de las grandes promesas del peso ligero en España. Su rival será el valenciano Ryan Peleguer, un tipo experimentado y que sin duda se convertirá en la gran reválida del pugil gijonés.

Otro nombre importante es el de David Estrada, que vuelve a ocupar un lugar destacado en el pugilismo local. Estrada, que viene de hacer un gran combate en Barcelona el mes pasado, sumará su cuarta pelea como profesional cuando se enfrente ante su afición a otro púgil experimentado: Raúl Asencio, procedente de Castellón.

Uno de los grandes alicientes de la gala será la participación del olímpico Jonathan "Maravilla" Alonso. Tras su debut como profesional en Estados Unidos, Alonso protagonizará en Gijón su segundo combate en el boxeo rentado. Una suerte para el público asturiano poder ver en directo a uno de sus boxeadores más talentosos. Una oportunidad única ya que este será uno de los pocos combates que realice en España. Su rival será el georgiano Nugzar Margvelashvili.

Y se siguen sumando activos de primer orden a esta velada con el debut profesional del que fuera campeón de España amateur del peso ligero. se trata del avilesino Héctor Brea, que tras desarrollar una brillante carrera como amateur, ahora debuta en el boxeo de pago ante el zaragozano José Acero.

También se estrena como profesional José Ramón "Riga" Fernández. El púgil moscón, varias veces medallista a nivel nacional amateur, se ha ido haciendo un nombre en el boxeo asturiano a base de trabajo y buenas actuaciones. Sinónimo de espectáculo encima de un ring, "Riga" tomará la alternativa ante Jon Nagore.

Y finalmente, otro deportista de raza habitual en los carteles de nivel en el Principado. El zurdo ovetense Daniel Calzado que sigue sumando experiencia como profesional. Polivalente y valiente, medirá fuerzas ante el vasco Fernando Díaz.
Completan la velada cuatro interesantes combates amateur en los que destacan nombres como Youness Essadik, Daniel Noriega o el campeón de España junior Arturo González.

Con esta ya serán siete las edición del "Memorial Jesús Piquero", que ya se ha convertido en un referente y una auténtica marca de buen boxeo, creado para recordar la figura del que fuera mecenas del pugilismo asturiano durante años.

De nuevo el Club Boxeo Tibet vuelve a imprimir su sello en el evento con una gran puesta en escena y un show al más puro estilo americano a base de miles de watios de luz y sonido, presentaciones y rounds girls. El espectáculo está asegurado dentro y fuera del ring.
La distribución anticipada de entradas ya está en marcha en los siguientes puntos oficiales: en Gijón, en el Gimnasio Tibet, en el Centro Deportivo Gijón y en tienda Hard Work and Dedication. En Oviedo en el Gimnsio Kontact, en la Sidrería La Fesoria y en el Bar Santander. Y en Avilés, en el Gimnasio TOA.

El pesaje oficial tendrá lugar el jueves 27 a las 19 horas en Bar Carling Goal, en los bajos de El Molinón, al igual que la fiesta de fin de ?velada. Ambos actos son abiertos para todos los públicos.

28 agosto 2014

José Fandiño, El 'Traumatólogo' que asusta sobre los rings

Nacho Labarga.-
Su crecimiento es proporcional a los golpes que regala. José Fandiño (Gijón, 1984), el 'Traumatólogo' de nuestro boxeo, hace homenaje a su apodo impactando las ilusiones de sus rivales cada vez que sube a un ring. Lleva tres victorias en tres combates como profesional, pero no quiere levantar los brazos antes de tiempo. "Es una carrera de fondo. Sé que tendré complicadísimo vivir de esto", asegura en declaraciones a MARCA.

Para el asturiano, cuya disciplina es "algo complejo que requiere mucha dedicación y sacrificios", no resulta fácil compaginar el deporte con el trabajo. "Las cosas están como están y no puedo vivir del boxeo. Todos tenemos sueños, pero lo que construye el mañana es el día a día. Ahora me toca trabajar duro. Es complicado, pero con paciencia y esfuerzo todo puede llegar", cuenta desde el otro lado del teléfono alguien que trabajaentre ocho y diez horas en una fábrica de Gijón.

"Estas semanas estamos en temporada alta, la suerte es que me coincide con las vacaciones de boxeo. Después, en noviembre, volveré a pelear y dará comienzo la campaña. Tengo muchas ganas de que llegue la primera velada para poder demostrar todo el trabajo que llevo realizando durante los últimos meses", expone un púgil que dio el salto a profesionales en noviembre de 2013. "No puedo quejarme.Fue el debut soñado en casa y por KO ante Castaño. Luego vendrían otras dos victorias por la vía rápida ante Rodríguez y Nagore", recuerda orgulloso un Fandiño que todavía no conoce la derrota en la élite.

Con los campeonatos en la cabeza
Fandiño, cuyo apodo se lo puso "algún iluminado" el día que rompió la tibia y el peroné a un rival tras caerse después de un golpe seco, reconoce que miedo y boxeo pueden ser sinónimos. "Es cierto que muchas veces he sentido temor sobre el cuadrilátero. También nervios, aunque creo que mis familiares o mi novia tienen más. Están acostumbrados a verme pelear desde hace mucho tiempo, pero desde fuera siempre se sufre más", asegura convencido mientras desvela sus principales objetivos. "Voy pasito a paso, no quiero obsesionarme pero es cierto que las victorias en profesionales me han dado motivación.Ahora mi máxima aspiración es lograr el campeonato de España. Proclamarme vencedor sería un sueño hecho realidad", advierte.

El deportista, quien no se considera devoto de los púgiles actuales pero sí de los de los 80, sabe que su camino hacia la gloria no es sencillo. No esconde que la única vía para el éxito pasa por seguir despistando a algunos desconocidos que se interesan por su profesión.La 'traumatología pugilística' como esencia de vida: "Para comer del boxeo sólo queda aferrarme a mis buenos golpes".

26 julio 2014

Poli Díaz: "Los boxeadores ofrecen chispas, yo ofrecía fuego"

El Sports Bar Acordeón de Versalles organizó ayer en torno a las diez de la noche una charla-coloquio de lo más especial. Su protagonista fue nada más y nada menos que Poli Díaz, 'El Potro de Vallecas', o lo que es lo mismo, el boxeador más laureado de la historia de nuestro país.

Atento, cercano y con ganas de contar muchas cosas, el eterno púgil vallecano se declaró «muy a gusto» en tierras avilesinas. «Guardo muy buenos recuerdos de los combates que disputé en Asturias y la verdad es que siento el cariño de la gente. Me da fuerzas y estoy encantado de estar aquí. Por la gente que me apoya y porque esto me mantiene entretenido y me aleja de las cosas malas de la vida», explica.

Con su libro siempre cerca, el madrileño no dudó en mostrar varias fotografías, a través de las que esbozó la que ha sido su carrera deportiva, la cual anhela. «No veo mucho boxeo porque me da envidia, me gustaría estar en el ring, pero sí que estoy al tanto de los jóvenes talentos y creo que hay que apostar por ellos. Gente como Kerman Lejarraga pueden convertirse en grandes campeones».

Cuestionado por la disminución de la promoción del boxeo en España, sobre todo teniendo en cuenta la difusión que tuvieron sus combates en particular, y su carrera a nivel general, la leyenda respondió con sorna: «Normalmente los boxeadores ofrecen chispas, pero yo ofrecía fuego».

Poli Díaz relató sus comienzos en el boxeo. Empezó a trabajar en una empresa de chapa y pintura y fue durante una jornada laboral cuando observó un cartel en el que aparecía un boxeador. «Yo no sabía ni lo que era el boxeo». Fue al gimnasio y allí vio en acción a Alfredo Evangelista. «Era un gimnasio de barrio, con goteras, y allí empecé a entrenar, a hacer guantes con todo el mundo y también ayudaba limpiando el sudor del suelo. Alfredo me quería cobrar, pero primero le mentí diciendo que lo haría cuando pariera mi perra -no tenía perros-, y después le dije que con todo lo que hacía en el gimnasio no era justo que pagara», comenta. Finalmente cambió de gimnasio para irse a uno más grande «en el que no se cobraba».

Y de ahí, de lo más bajo, ascendió hasta al cielo, logrando ocho campeonatos de Europa, siete de España y un subcampeonato Mundial. En 2001 se retiró y después de varios problemas quiere mantenerse lejos «de las cosas malas».

19 junio 2014

Dacal: «Es un orgullo que los jóvenes púgiles se acuerden de mí»

*Rodríguez Cal, el medallista asturiano en Munich'72

La velada homenaje al medallista olímpico avilesino, Enrique Rodríguez Cal, 'Dacal II', que tendrá lugar el próximo sábado 21 de junio, continúa con su puesta a punto y con sus actos de promoción, que se intensificarán en los próximos días.

09 abril 2014

Aitor Nieto vs Daniel Rasilla, guerra astur-cántabra por el campeonato de España wélter

Por Fran Rodríguez,-
El vetusto Palacio de los Deportes de Oviedo volverá a ser escenario para el boxeo profesional. Han pasado décadas desde la última vez que acogiera un evento similar, con Javier Castillejo en el cartel y rostros de Hollywood dentro y fuera del cuadrilátero. Ahora, el local Aitor Nieto (12-2; 6ko), expondrá su cinturón de campeón de España del peso wélter ante el cántabro Daniel Rasilla (27-6-2; 7ko), en un evento histórico con muchas expectativas.

Sábado, 12 de diciembre de 1992. En la capital asturiana, un Castillejo de 24 años se proclama campeón del mundo hispano superwélter tras vencer a los puntos al argentino Enrique Areco. En esa misma velada participaba el actor estadounidense Mickey Rourke, quien enfundado en un calzón de Versace y escoltado por su joven entrenador, un tal Freddie Roach, daría un pobre espectáculo.

13 febrero 2014

Un gancho con jaque a la reina

* El púgil gijonés, que debuta este mes como profesional, participó en la única velada de la modalidad que aúna boxeo y ajedrez celebrada en España
* David Estrada es uno de los pocos españoles que ha disputado un combate de chess boxing

Es uno de los pocos deportistas que en España, y en el mundo, han llegado a practicar chess boxing, una modalidad deportiva de reciente creación que aúna, como su nombre apunta, el ajedrez y el boxeo. «Es un deporte que rompe el mito de que el pensar y el boxeo no van juntos, que desmitifica que el boxeo es un deporte tosco», apunta David Estrada, un gijonés que participó en la única velada de chess boxing que se ha celebrado en España. La cita fue en Salamanca ante un leonés, Jonathan Rodríguez, que a la postre se convirtió en subcampeón mundial de chess boxing. Aquella velada fue todo un éxito. Se celebró al aire libre y fue numeroso el público que no quiso perderse el acontecimiento. En la plaza Mayor salmantina, distintos boxeadores disputaron los combates allá por 2009.

29 noviembre 2013

El gran momento del boxeo asturiano

Por Néstor Domínguez.-
El pasado viernes, en Gijón, el boxeador profesional asturiano Aitor Nieto conquistaba el título nacional del peso welter. Histórico resultado que ponía punto y final a una sequía de más de tres décadas durante las que ningún púgil de nuestra comunidad consiguió tan importante y respetado cinturón.

22 noviembre 2013

Combates históricos en Gijón

Por Carlos Utrilla @Cjboxing.-
Hoy viernes, el Pabellón de los Deportes de Gijón acogerá el Campeonato de España de peso wélter que disputarán el púgil local Aitor Nieto y el balear José del Río, que regresa a esta división tras su paso por el Superwélter.

El ambiente seguro que es de gala y nos cuentan desde allí que la afición cree que esta vez sí se puede volver a tener un campeón nacional asturiano, algo que no ocurre desde que en 1983 el gran José Ramón Gómez Fouz batiera a Rafael Gutiérrez Cecilia por la corona del superligero que no llegaría a defender, pues la dejó para disputar el título europeo frente al napolitano Patrizio Oliva. El cometido no será fácil, con un Del Río que lo dará todo.

24 junio 2013

El boxeo avilesino se viste de oro

> Los dos púgiles locales lideran la fantástica actuación de Asturias, que completó su botín con dos bronces
> Héctor Brea y Johana Suárez, en más alto del podio en el campeonato de España

El boxeo asturiano está en alza y en particular el avilesino, que firmó las dos medallas de oro de la selección autonómica en los recientes campeonatos de España, disputados en la localidad murciana de Los Alcázares. Héctor Brea y Johana Suárez lideraron al combinado regional, integrado por once púgiles, cuyo botín se completó con otros seis metales, estos de bronce. Óliver Sánchez, preparador del Asturbox de Gijón estuvo al frente del equipo.

26 julio 2012

Rodríguez Cal, el medallista asturiano en Munich'72

Mañana se inicia la edición XXX de los Juegos Olímpicos, Londres 2012, con un representante asturiano en la sección de boxeo, Jonathan Alonso.

Hace 40 años, en Munish ’72, otro asturiano, Enrique Rodríguez Cal , lograba la medalla de bronce en unos Juegos marcados por los atentados terroristas contra los periodistas israelíes. También participó en Montreal ’76.

En esta fecha, rescatamos este artículo de LNE en el que Enrique nos cuenta sus vivencias olímpicas y lo que para él significó.